A medida que pasan los años, las luces de la esperanza y los promotores de la feligresía se van terminando. Inesperadamente hoy vivimos esa realidad en el municipio de Sabanalarga, personas que hicieron parte del grupo de apóstoles que han servido y prestado su vida por más de 50 años ya se han despedido de la vida terrenal para ir al Reino de Dios.
No cabe duda, que ya es una tradición de familias estar incluidos en estos grupos religiosos católicos en Sabanalarga, que para tiempo de Semana Santa son los principales protagonistas y los promotores de la Semana religiosa más grande del departamento y hasta de la Región Caribe; en los últimos 6 años, la iglesia y la semana santa de Sabanalarga le ha tocado despedir a más de 4 apóstoles que aportaron a esta fiesta que hoy por hoy es patrimonio religioso del departamento del Atlántico. Era tanta su labor, que se hace necesario ir inculcando en la mente de los niños y jóvenes ese amor por servirle a Dios, y en el que su gran trabajo era de todo un año, no de una semana.
Hoy, queremos en nombre de @NoticiasDeSabanalarga hacer un homenaje a todos esos señores que partieron a la diestra del señor y que sirvieron a la comunidad de una u otra manera en la parte religiosa que posiciona a Sabanalarga como 'La Capital de la Fe'.
Comenzamos con el señor Manuel Roa que partió al Reino de Dios en el año 2012, y que fue parte del reconocimiento a la Semana Santa de Sabanalarga el 11 de diciembre de 2007; en el año 2013 los señores Jesús Ditta y Manuel Vizcaíno; en 2014 fallecieron los señores Felipe Peláez y Santiago Barros; en el año 2017 falleció el señor Alfonso Herrera, y este año lamentablemente despedimos a los señores Sebastián Estrada que falleció el pasado 21 de agosto, y ahora el 30 de septiembre nos tocó despedir al señor Julio Silvera. Todos los mencionados al igual que muchos que actualmente viven y están incluidos han prestado esa gran labor durante muchos años y a medida que pasa el tiempo esa luces de esperanza y de paz y de temor a Dios se nos van apagando.
No queda más que decir, y es agradecer por el aporte que hicieron y que hacen en nombre de sus familiares a la fiesta religiosa más aclamada y más famosa de Colombia.
Debemos seguir sembrando en las familias sabanalargueras esas buenas costumbres, por lo que se hace necesario ir inculcando estos conocimientos para que esos espacios sean ocupados de la misma manera en que los trabajaron demás personas por nuestros niños y jóvenes.¡Un legado para toda la vida!
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